Hace apenas algunas semanas cambié de puesto en mi trabajo, lo cual ha supuesto un avance en mi carrera profesional y estoy muy contenta por ello pero también ha supuesto tener que abandonar a mis compañeras de trabajo, con las que he compartido muchas horas, día tras día, durante estos tres últimos años. Esto me duele y aunque nos seguimos viendo las echo de menos.
Es mucho el tiempo que pasamos en el trabajo, a veces incluso más que en nuestra propia casa por lo cual es inevitable que los compañeros de trabajo terminan convirtiéndose en nuestra segunda familia.
Juntas hemos pasado momentos muy felices, en los que nos hemos reído mucho, porque si algo tienen las "chicas de la oficina" es un gran sentido del humor y unas ganas enormes de vivir y disfrutar de la vida. También hemos pasado juntas momentos duros como pérdidas personales, y momentos de agobio laboral donde todo parecía venirse abajo y convertirse en un auténtico desastre, sin embargo, contra viento y marea lo hemos superado ayudadas de un gran sentido del humor.
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Detalle del adorno de la funda |
Por eso he querido hacerles un regalo a cada una de ellas para que tuvieran un recuerdo mío. De este modo cada vez que usen las agendas telefónicas se acordarán de mí y de algún modo estaré con ellas en su día a día.
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Detalle interior funda para agenda |
En primer lugar compré en una librería cuatro agendas telefónicas para las cuales he confeccionado cuatro fundas diferentes de acuerdo sus gustos y preferencias personales. Las chicas han quedado muy contentas y agradecidas por el regalo. Yo feliz porque les haya gustado tanto y por haber acertado con los gustos de cada una de ellas.
Creo que mostrarlas todas al mismo tiempo en un solo post lo haría demasiado extenso y no quiero aburriros con tanta foto así que he pensado ir mostrándolas una a una. Espero que disfrutéis con cada una de ellas. Hasta pronto y nos vemos en el próximo post.