martes, 4 de diciembre de 2012

Una bolsa para una necesidad

Desde hace aproximadamente dos años en el colegio de mis hijos es obligatorio, en la asignatura de Educación Física, llevar una camiseta de repuesto y una pequeña bolsa de aseo. El problema surge cuando intentas guardarlo todo en la mochila, la camiseta termina perdida entre el libro de conocimiento del medio y los problemas de matemáticas, y si optas por meter la camiseta dentro de la bolsa de aseo, te das cuenta de que es misión imposible, a no ser que la dobles como un siete, con lo cual el tiempo que has empleado en su planchado, se convierte en tiempo perdido




Y un buen día, se me ocurrió la idea de hacer mi propia bolsa, con unas dimensiones que me permitieran guardar la camiseta y las cosas de aseo, todo junto y con comodidad. Al fin y al cabo, hacer una bolsa de aseo es lo mismo que hacer un cojín, así que me puse manos a la obra, busqué telas de tapicería, que tienen más cuerpo, y con un poco de entretela hice las bolsas que os muestro. Las aplicaciones están bordadas a mano con punta de festón, al igual que las estrellitas. Lo demás es sólo un poco de imaginación.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Corazones colgantes



Durante bastante tiempo busqué una solución para las puertas del armario empotrado de mi dormitorio. Nunca me han gustado demasiado, por no encajar con el estilo y el color de los muebles de esta habitación. Hasta que un día, viendo una revista de patchwork encontré una solución fácil y económica, porque lo de llamar al carpintero se salía del presupuesto. Y me puse manos a la obra, con restos de tela que había utilizado para entelar los muebles del dormitorio y restos de encaje antiguo, cintas y piconelas confeccioné distintos colgadores en forma de corazón. Todos son diferentes aunque guardan un mismo estilo. Y como la idea me funcionó, me emocioné y continué haciendo colgadores para adornar el salón. Aquí podéis ver las fotos. Animaos la idea es sencilla, económica y bastante resultona.




domingo, 2 de diciembre de 2012

Érase una vez el mundo del Patchwork


Hola a todos, ésta es mi primera incursión en el mundo del blog. La razón de iniciar esta aventura es poder compartir con otras personas mi experiencia con el patchwork.

Hasta hace aproximadamente un año el patchwork era para mí algo que hacían los Amish en las películas como "Único testigo" de Harrison Ford, mientras los hombres levantaban un granero las mujeres cosían colchas de vivos colores.

Durante mucho tiempo, envidié esas maravillosas colchas y nunca pensé que pudiera ser capaz de coser una, pero gracias a unos talleres organizados por el ayuntamiento de mi localidad, comencé esta afición, que se ha convertido en pasión.

Pero el patchwork, además de ser una afición, puede resultar algo bastante práctico, sobre todo si tienes hijos pequeños, aquí podéis ver una funda de flauta que hice para mi hija, he perdido la cuenta de las que he hecho desde ésta, que fue la primera, porque resulta un práctico y original regalo de cumpleaños.

Os animo a coser alguna.

Las posiblidades de combinar las telas y los diseños son infinitas: