¡Hola a todos! Este martes os traigo un proyecto que me apetecía mucho poder enseñaros. En primer lugar, porque el punto de cruz fue mi primer amor dentro del mundo de las labores, y aunque no lo practico tanto como antes, de vez en cuando suelo retomarlo, aunque siempre en proyectos de poca envergadura, que no se alarguen demasiado en el tiempo. Y en segundo lugar, porque ver concluido este pequeño adorno me ha llevado muchos meses.
En teoría tenía que haber estado terminado en las Navidades pasadas. Me hacía ilusión poder colgarlo del árbol, pero por desgracia varios imprevistos vinieron a torcer las cosas y no puede verlo acabado. Más tarde perdí la ilusión por el proyecto, que pasó a engrosar esa larga lista de trabajos pendientes.
Pasaron los días, los meses... bueno que os voy a contar que vosotras mismas no hayáis experimentado. Lo bueno es que esta historia tiene un final feliz, y por fin conseguí, ver acabada mi "pajarita". No sé que os parecerá a vosotros pero a mí me encanta su aire nórdico.
Como colgador, coloqué una cinta de algodón que le va como anillo al dedo, no solo por su colorido sino también por su diseño, y como guinda de este pequeño pastel, le puse un botón de madera en tono natural en forma de corazón.
Y con esto voy acabando este segundo post de esta serie. Espero que os haya gustado, como también deseo que no os perdáis los siguientes. Hasta pronto y como siempre os digo nos vemos en la próxima entrada. Cuidaros mucho y felices proyectos.