Reciclar objetos y telas es una de mis pasiones. No es la primera vez que os hablo de este tema. Ahora os muestro otro ejemplo de reciclaje.
Todos tenemos en casa alguna cesta de mimbre que bien hemos comprado en alguna ocasión en un "chino", para recoger los juguetes de los niños y que el salón de la casa no parezca un campo de batalla, regado de mil y un juguetes, o bien nos han regalado la típica cesta de Navidad.
Para mí estas cestas resultan muy útiles, porque me sirven para transportar la ropa y todo tipo de objetos de un lado para otro, lo que es muy práctico cuando vives en una casa con muchas escaleras. Ahorran bastantes viajes innecesarios.
El mimbre de las cestas estaba en buen estado pero no así las telas del forro. Aparte de estar estropeadas por el uso y el tiempo, en algunos casos no eran demasiado bonitas.
Un buen día tuve la idea de hacer un nuevo forro a las cestas usando unas telas que había comprado en unas rebajas. Cuando las compré lo hice porque me encantaron los tonos amarillos y azules. Todavía no sabía en qué las iba a usar, simplemente me gustaron. Las tres telas empleadas son distintas entre sí pero combinan muy bien. De ese modo pude armonizar mi heterogénea colección de cestas. Todas son distintas pero coordinan entre sí gracias al poder "mágico" de la tela.
Una monada, y así parece que estrenas.
ResponderEliminarMe encanta como te han quedado.
Besitos.
Muchas gracias. La verdad es que tienes razón, tengo la sensación de estrenar cestas nuevas y por muy poco dinero además. Besitos y gracias por seguir ahí.
EliminarMuchas gracias. La verdad es que tienes razón, tengo la sensación de estrenar cestas nuevas y por muy poco dinero además. Besitos y gracias por seguir ahí.
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